El futuro del trabajo

El futuro del trabajo

Los estudios indican que durante los próximos 25 años más del 30% de los empleos son susceptibles de ser automatizados ¿Es una mala noticia? Para nada, es sinónimo de oportunidad. Así será el futuro del trabajo.

Estamos inmersos en lo que se conoce como la Cuarta Revolución Industrial, a mí me gusta llamarlo, la Era Digital, en la que los puestos más relacionados con el esfuerzo físico, son los más susceptibles de ser automatizados y que pasen a ser desempeñados por un dispositivo o un robot.

El trabajo manual sin aportación de valor tiende a la ser sustituido por una máquina,  esto genera como todo en la vida, las dos caras de la moneda.

Desde los que opinan que condenará a la pobreza a un 90% de la población, hasta los que aseguran que esta revolución tecnológica va a crear muchos más empleos de los que va a destruir, yo estoy entre los que piensan que se generarán otros puestos nuevos, que hoy nos resulta difícil de imaginar, será progresivo, muchos de manera reactiva a donde la tecnología nos va impulsando, y los visionarios se anticiparán a las cosas, como ha pasado toda la vida.

La destrucción creativa

Estas cifras no deben hacernos caer en el alarmismo. El sociólogo alemán Werner Sombart ideó a finales del siglo XIX la teoría de la “destrucción creativa”, desarrollada en la década de 1940 por el economista austriaco Joseph Schumpeter.

A grandes rasgos este concepto indica que la innovación conlleva la destrucción de antiguas empresas, así como de modelos de negocio.

Esto que puede parecer algo negativo, es el germen para un crecimiento sostenido a largo plazo. En definitiva, los puestos automatizados, serán sustituidos por otros nuevos.

Ahora (casi más que nunca) la raza humana está experimentando la teoría de la selección natural de Darwin. Los cambios son constantes y el que no se adapta queda atrás irremediablemente.

El futuro del trabajo

Cuestión de edades

Para analizar cómo afecta socialmente la transformación digital y la automatización hay que hacer una distinción clara. La edad.

Obviamente no se adapta del mismo modo un “hijo” de la tecnología, que entre nosotros los padres, bromeamos diciendo que tienen el apéndice digital,  son los que hoy están en el colegio o el instituto, y, que dicen han nacido casi con estas capacidad innatas, mi teoría es, que antes nos entreteníamos pintando y construyendo Tetris, ahora es más cómodo dejarles un iPad donde pueden seguir viendo su serie favorita. Para ellos es su realidad, lo que han vivido día a día y no les cuesta adaptarse a los cambios.

Las personas que crecimos con el radio cassete y las máquinas de escribir, el entorno nos llevó a amueblar nuestra cabeza de manera diferente, jamás pensamos que tocando una pantalla con un solo dedo podríamos satisfacer tantas necesidades e inquietudes.

Vivimos adaptándonos, saliendo de la zona de confort permanentemente, rompiendo paradigmas y llevándonos a la zona de inseguridad cuestionando nuestra continuidad en el empleo, la amenaza de estar a la altura y que los jóvenes son más baratos y aprenden más rápido.

¿Cómo se soluciona? Como casi siempre en la formación está la clave. Saber las cosas da seguridad y empodera a la persona a la hora de realizar su trabajo, fomenta su creatividad y esa grata sensación de “Si puedo”.

La clave (como siempre) está en la formación: Actitud de Aprendiz

Para esto también tiene que cambiar el sistema educativo. No centrarse tanto en la teoría y realizar planteamientos más prácticos, que inviten a los alumnos a explorar en sus capacidades y que realmente estén preparados para salir al mercado laboral.

En la actualidad salimos de la carrera pensando que lo sabemos todo, pero ahí está el gran problema. Ese es el momento en el que realmente comenzamos a aprender cómo funcionan las cosas y sentimos que hemos perdido un ingente cantidad de tiempo.

Se debe promover la formación continua. En un mundo tan cambiante, todos debemos tener los recursos para poder adaptarnos en cualquier momento a las nuevas circunstancias. Así vemos el futuro del trabajo.

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