Ser o estar: Un Buen Coach

Habilidades del buen coach

Un buen coach tiene sobre todo que sentir vocación genuina por las personas. Le tiene que apasionar el estar al servicio del otro, para poder disfrutar con su trabajo y lo más importante, respetar la agenda del cliente.

En el último artículo expusimos las necesidades que cubre el coaching. En esta ocasión vamos a comentar las habilidades del coach para que el proceso se pueda llevar a cabo correctamente.

¿Qué actitudes son indispensables en un coach?

Son indispensables las siguientes habilidades del buen coach para el correcto desempeño de sus funciones:

Escucha activa

Tenemos dos orejas y una boca, para escuchar el doble de lo que hablamos”.

Muy resumidamente, la escucha activa, implica que el coach preste toda su atención a la persona que le está hablando. Está en el aquí y en el ahora.

Si un coach no llega a entender al 100% lo que le quiere expresar su interlocutor, el proceso no estará yendo por el buen camino.

La escucha activa implica lo que él otro dice, el lenguaje verbal (7 %). Tomando un peso considerable el cómo se dicen las cosas, la comunicación no verbal, que normalmente, dice incluso más del emisor del mensaje, que sus propias palabras.

Pero ¿cuáles son los principales enemigos de la escucha activa?

Escuchar a la persona que tiene enfrente implica no contradecir su opinión, no interrumpir su discurso o juzgar lo que está diciendo. A la vez que controlar o callar el discurso interno que genera el contenido de la conversación.

Para poder escuchar, tenemos que saber hacer preguntas, aquellas que sean poderosas y generativas.

Habilidades del buen coach

 

Preguntas eficientes

Son aquellas que invitan a cambiar la mirada del cliente, a considerar otras formas de hacer, que le lleve a escucharse en otro discurso diferente.

Las que nos hacen pensar, las que nos obligan a bucear en la causa raíz.

La fórmula son las preguntas abiertas del tipo:

¿Qué …? ¿Cómo …? ¿Por qué ….? Y mi favorita ¿Para qué…?

A veces cuando preguntas el porqué, la respuesta nos lleva a dar vueltas sobre lo mismo, sin embargo el Para qué, te obliga a tomar otra perspectiva.

Algo muy poderoso con las preguntas, son los SILENCIOS, casi más mágico aún. Si prácticas además la última gota, esperar 3 segundos, después de que el cliente ha finalizado su respuesta, verás la magia.

Confrontación

No debe equivocarse con un enfrentamiento directo con el cliente. Esta habilidad hace referencia a que el coach debe conseguir que su cliente asuma y sea capaz de enfrentarse a “su” realidad.

Empoderar

El coach debe ser capaz de animar a su cliente de cara a la consecución de un objetivo.

En este sentido debe tener un gran poder de asertividad para ayudar a la persona que tiene enfrente a mejorar a la hora de tomar decisiones.

Estas son en mi opinión las cuatro habilidades del buen coach. Cuatro actitudes indispensables para poder afrontar el coaching y ayudar a conseguir los objetivos de los clientes que confían en su trabajo.

Habilidades del buen coach

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